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Post by Everett Summers on Jan 12, 2024 16:43:39 GMT
La llegada a esa escuela no le había traído ninguna emoción, no sabía cómo, pero había entrado justo a mitad de curso y eso garantizaba que, como en muchas escuelas, no encajaría completamente entre el alumnado, pero ¿qué importaba eso? Tampoco le interesaba mucho, solo estaba ahí para que sus padres dejaran de preocuparse por él y darles algo de calma luego de toda la situación que había vivido antes. Esa noche en particular, sus emociones estaban a flor de piel, se sentía incapaz de dormir y por más que diera vueltas en la cama y buscara posiciones agradables... simplemente no podía. Cansado, decidió ponerse un suéter, pantuflas y salir a dar la vuelta por la escuela, sumergido profundamente en sus pensamientos, en el pasado que tanto le costaba soltar. Las imágenes se reproducían en su cabeza como una triste película acompañada de la banda sonora que sus audífonos inalámbricos le proporcionaban, en ella, recuerdos de su anterior relación pasaban lentamente, su ex, Luke, jurándole un amor eterno, que nadie habría como él, solo para luego cambiar de escena al trágico día donde le diría toda la verdad Un gesto lastimero se dibujo en su rostro, tallando con ambas palmas para impedir la salida de lágrimas. Así fue como, luego de un rato de caminar, llegó a los limites de la tan famosa escuela donde altos muros le impedían continuar, los había visto cuando llegó, y sabía de sobra qué había del otro lado... una eterna caída. Buscó con la mirada un sitio que no estuviera custodiado por las paredes de concreto, muy correcto no debía ser, pero no veía a nadie que pudiera acusarlo cerca. Caminó otro rato hasta dar con lo que buscaba: una zona libre de concreto donde se veía el fin del terreno, sin cerca, sin nada que detuviese a cualquier persona de saltar, solo un terreno limpio que cortaba para dar paso al eterno cielo. Sin poner mucha atención al peligro que representaba estar ahí, se acercó, quedando apenas a unos pasos de la orilla, dejando que el aire nocturno golpease su piel, respirando este profundamente dejando que su frescura llenara los pulmones y moviera su larga cabellera. Al exhalar, abrió sus ojos azules para contemplar el paisaje, un infinito cielo estrellado, iluminado por la bella luna y unas cuantas nubes gordas que paseaban tranquilamente guiadas por el aire. Era hermoso, una vista sin duda mágica...
Hipnotizado por el paisaje, permaneció ahí, de pie y en silencio, escuchando la siguiente canción de su reproductor.
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Post by kittlhaoverdose on Jan 16, 2024 15:41:20 GMT
La habitación del mago se encontraba hecha un caos, el chico con alas había estado buscando algo que no recordaba que era pero necesitaba, su búsqueda inicio alrededor de las dos de la tarde, sin embargo, después de algunas horas pensó que lo mejor era darse por vencido y buscar una pista de lo que necesitaba fuera de su dormitorio para el chico de ojos morados era normal que la gente viera que tan idiota era por la forma en la cual se olvidaba de lo que tenia en sus manos o lo que le pidieron hacer pero por ver una mariposa dejo de hacerlo, No cabía duda que para el mestizo era normal olvidar las cosas en los últimos lugares que visitó, aquello podría decirse que era algo rutinario en su forma de ser; olvidar su libreta e ir por ella, olvidar su suéter, ir por la prenda, entre otras cosas.
El problema radica cuando algún conocido le habla o simplemente ve algo que le llamará más la atención del mastodonte termina completamente en la persona o lo que sea que le atrajo, al mismo tiempo que la idea de su cabeza se centra en todo lo nuevo que ve.
A pesar de todo ese día no era la excepción para Kitt quien sabía que había olvidado algo que utilizaba para repasar sus hechizos, más, no recordaba exactamente qué era aquello que necesitaba con urgencia, mucho menos donde había quedado después de… “¿Espera eso es un conejo?” pensó el chico de cabello verde caminando detrás de una pequeña figurita blanca la cual corría frente suyo. ¿Quién diría que el destino le había llamado de una forma muy adorable y esponjosa?, dejándose llevar por aquella tierna bola de pelos, el enorme chico cerró su dormitorio mientras corría detrás de aquel pequeño ser, su caminar era cauteloso pero algo brusco para el animal quien al sentirse amenazado solo acelera su caminata.
Kitt corrió detrás del animal hasta que llegó al final de la escuela, sus grandes ojos observaron los muros con impresión por un momento, sin embargo, nuevamente su vista fue robada por algo más extraño de ver que un conejo en los pasillos. El ángel observó las acciones del chico de expresión tristona, camino detrás de él hasta verlo escalar el muro causando que sus alertas se encendieron. Kitt corrió detrás del desconocido y escaló como pudo aquel muro, al llegar a la cima sus ojos brillaron al ver aquella linda silueta vestida con una sudadera y pantuflas.
Un pequeño vaho salía de sus labios al momento de suspirar al ver a aquella persona fundirse con el hermoso cielo nocturno, su ser completo se movió por instinto al ver como aquella persona se balanceaba ligeramente, su cuerpo reaccionó instintivamente a proteger a la persona de cabello largo quien parecía querer lanzarse de los muros.
Kitt no dudó en correr para abrazar a la persona diciéndole que es lindo ver el paisaje pero no es necesario que haga esas cosas—. Siempre podemos buscar otra forma de que la vida valga mucho más. por ejemplo, hay muchos tipos de helados que puedes probar, o criaturas mágicas muy lindas, de hecho, hablando de magia, vi un conejito muy lindo correr y el me guio cerca de este lugar donde te vi, aunque no se como te llamas, pero, pareces una persona agradable… ¡Y a mi me agradan las personas agradables! —la voz del enorme chico era calmada, lenta y algo sosa para todo lo que estaba diciendo, no fue hasta el último que alzó con cierta emoción su voz mientras volvía a mostrar una sonrisa en su rostro— Es mas, tu y yo podríamos ser amigos... Mi nombre es Kittlhla, pero, puedes decirme Kitt.
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Post by Everett Summers on Jan 16, 2024 16:01:27 GMT
Se mecía con el vaivén del viento, plantado eso sí con lo que creía era firmeza en el suelo, dejaba que el viento lo acariciara y se llevara sus penas con el pasar de los minutos, todo era tan calmado... la música que sonaba quedaba perfectamente con el momento, estaba sintiendo algo de paz al fin.
No supo cuándo, usualmente podía escuchar a las personas acercarse, pero quizás por estar inmerso en su pensar y sentir no pudo advertir de la presencia de la otra criatura, y no fue hasta que esta misma lo atrapó en sus brazos que se asustó y alzó su voz.
--HEY, HEY -reclamó, tratando de librarse del agarre-- ¿¡Qué haces!? -pero sus preguntas no tuvieron respuesta, en cambio, veía que el muchacho hablaba y hablaba una sarta de cosas que no entendía al traer aún sus audífonos, estaba sumamente confundido y enfocado en quitarse de encima a quien fuera ese gigante o de menos quitarse un audífono para poder escucharlo-- Te importaría... ugh -alcanzó uno de sus audífonos, retirándolo para alcanzar a escuchar el nombre, mismo que despertó en él algo extraño, como si antes lo hubiera escuchado... era extraño, pero no dejó que eso cambiara su humor y el hecho de que estaba invadiendo su espacio personal-- Kitthla, que gusto, ¿me sueltas ya? -pidió con un tono molesto, sin verlo aún a la cara.
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Post by kittlhaoverdose on Jan 16, 2024 16:37:56 GMT
La sonrisa suave y tranquila del enorme chico continuó en sus labios mientras sus manos se alejaban del agarre que tenía en el cuerpo del contrario dejándolo nuevamente libre para moverse. Con un ligero suspiro volvió a hablar tratando de que el chico entendiera lo que había dicho, por lo que con aquella voz aun pausada pero suave habló.
—Podemos ser amigos, también podríamos probar todos los helados que quisieras e ir por criaturitas tiernas, la vida es mejor de lo que piensas —hizo una pausa en lo que decía para después volver a hablar con torpeza—. Los pensamientos suicidas no son buenos y se que habría una persona triste de saber que ya no estás vivo, es más, no se tu nombre pero me agradas y me pondría triste si llegas a morir —asegurar el gigantón con una mirada llena de confianza, mirada la cual a los segundos se quedó fija en los grandes y lindos ojos del chico frente suyo—. Tus ojos son como el cielo… —se sincero el más alto quien se sonrojaba débilmente por los irises del contrario.
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Post by Everett Summers on Jan 16, 2024 16:52:55 GMT
Escuchó cada palabra, incrédulo de lo que decía pero a su vez un poco avergonzado de que creyera que estaba a punto de cometer un acto así, aunque claro, ¿cómo no pensarlo si había estado a la orilla de un muro con nada más que el viento como único soporte?
-Yo no iba a hacer eso, solo vine a ver el paisaje -explicó- Aunque... admito que estar tan cerca de la orilla no debió verse bien... -su mirada azul pasó al paisaje unos segundos antes de levantarse de vuelta al joven frente a él, al conectar su mirada su corazón dio un salto que no pudo explicar, se quedó paralizado, observando aquel par de joyas que eran los ojos ajenos, se sentía... tan familiar...
El rubor se hizo presente en su rostro al recibir aquel elogio tan honesto y dulce, por un segundo, podría jurar que cualquier cosa que ese tal Kitthla dijera, él lo creería, pero tan pronto como cayó en cuenta de qué emoción estaba acechando, cortó el contacto visual, aclarando su garganta antes de hablar.
--¿No crees que es muy pronto para asumir que alguien que no conoces te agrada? No me conoces, y no te conozco, solamente estas aquí porque creíste que iba a suicidarme... lo cual, repito, no iba a hacer.
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