my only sunshine Cali ft Cadmus

Se alistó para ir a ver a Calista. Se puso un outfit muy elegante, en colores negros y verdes, que resaltaba el ancho de sus hombros y lo delgadas de sus caderas. Se preparó con una caja de chocolates, poniéndose una colonia con olor a madera y delineando su párpado para resaltar más el verde de sus ojos.Llevaba unos guantes negros elegantes en cada mano y sus usuales botas con casquillo dorado. 

Había guardado todas esas fotos y estaba impaciente por ver a Calista. Se había divertido algunos minutos antes, todo para estar listo para ver al mayor. Caminó mientras fumaba, sintiéndose un tanto nervioso y torpe. Lo vio a lo lejos, vestido de amarillo, se veía tan lindo, casi se atraganta con el humo cuando el chico le habló y se acercó -- Calista-- saludó. 

Miró la cajita, echando el cigarrillo por un lado, sacando la calada en dirección contraria a Calista -- No tenías que darme nada-- comentó, abriendo la cajita para ver la pulsera. Se enterneció, nadie le había puesto tanto empeño a un regalo suyo antes -- ¿Me la pones?-- preguntó, subiendo la manga de su saco para dejarlo poner la pulsera -- Yo también te traje algo-- comentó, pasando la mano a su bolsa, dándole  una caja de chocolates finos -- No sé si esos sabores te gustan-- carraspeó -- ¿Nos vamos?-- preguntó, caminando para ir al bazaar -- ¿Ya sabes qué cosa quieres comprar en el bazaar?-- 

Eso de recibir regalos era nuevo, su madre jamás se los dió, Pendragon cuando fue pequeño le habría regalado un par de cosas hechas de papel y bueno... sus amantes le regalaron sus cuerpos. Le enterneció ver que Calista se esforzara en hacer algo tan lindo. Tenía que ser el querubín más dulce. 

-- Deacuerdo, no voy a detenerte pero si voy a llenarte de regalos también-- le dijo, observando cómo sus lindas manos le ponían la pulsera. Después la vio ya puesta -- Es verdad, combinan excelentemente-- añadió, con una sonrisa pequeña. 

-- Cómelos cuando desees-- comentó, feliz de verlo tan contento. Se arrepintió de llevar guantes esa noche, pues no podía sentir la piel de Calista pero no quiso interrumpirlo -- Mochila, playera y zapatos, compraremos todos los que quieras-- añadió.

Fue con él hasta la balsa, mirando a las nubes pasar y a Calista disfrutarlo, incluso le tomó un par de fotos. Quería captarlo todo y no olvidarlo. Se bajó con él, mirando alrededor también -- Se ve como un buen lugar-- se lamió los labios, estaba un poco inquieto por un cigarrillo -- Vayamos por a buscar tu mochila-- le apretó un poco la mano -- Hoy se te ven lindos los ojos-- lo halagó, caminando para buscar una mochila. 

Le dejó correr por la tienda y encontrar todo lo que quisiera. Él mismo se fijó en algunos artículos, más para Calista que para sí mismo.